Los cascos de protección laboral forman parte del equipo de protección individual más común y más utilizado en aquellos trabajos que existe un mínimo de riesgo de caída de objetos, herramientas o similares.
Existen cascos con una buena capa capacidad de amortiguación de los golpes o choques, una alta resistencia al impacto en caída libre, una buena resistencia a las proyecciones de objetos a elevada velocidad, un posible grado de aislamiento eléctrico, una resistencia a la perforación, un mantenimiento de las funciones de protección a bajas y altas temperaturas y, porqué no, una total resistencia a la llama. Dichas prestaciones justifican su vital importancia según en qué trabajo desempeñamos y su elección dependerá de nuestras necesidades.